Día 3

Domingo 14: Susques-Paso de Jama-San Pedro de Atacama-Valle de la Luna: 275 km

Sufrió el Fluence al darle arranque a las 7:10 horas cuando el termómetro marcaba -11 grados! Mientras calentaba, terminamos de desayunar y partimos rumbo a Jama, donde arribamos una hora y media más tarde, junto a una familia que conocimos en el hostal.

esq. superior derecha: -14 grados

Luego de llenar el tanque en el ACA de la frontera, el auto dijo BASTA, tengo frío y estoy apunado! Hacían -15 grados y el tablero marcó “Revise los inyectores y el filtro antipolución”. Macana! ¿Y ahora? ¿Será que tenemos que suspender el viaje?

Llamamos al 0800 Renault y nos dijeron que debíamos llevar el carro a un concesionario oficial, los gastos por su cuenta -para algo sirve la garantía-. Pero decidimos esperar un poco. El de la estación de servicio dijo que era algo que ya le había pasado a un par de Fluences y Megane III. Me relajé un poco. Volvimos a darle arranque y si bien los errores seguían, el motor parecía andar bien.

La frontera está a 4320 de altura

La Pocha no tenía ganas de desistir y afirmó querer seguir, arriesgar. El tema es que si se plantaba el motor en Chile, no sabíamos si el seguro nos acarrearía o la garantía pagaría hotel allá. Encima, no estábamos en la civilización, sino a 260 km del pueblo chileno más cercano, al que  había que llegar luego de atravesar la ruta asfaltada más alta de todo el continente y -estoy casi seguro- de todo el planeta. No conozco otro tramo al que se llegue a 4862 m.s.n.m. por asfalto en todo el globo. ¡Jamás pensamos llegar tan alto! Como si eso fuera poco, el paso se cerraría en pocos minutos debido a que la nieve obligaba habilitarlo por unas pocas horas. En síntesis: si pasaba algo, estaríamos con muy poca compañía en un lugar por demás inhóspito.

Sin embargo, optamos por continuar ya que el auto funcionaba sin problema, a pesar de la queja en el tablero.

Laguna Negra y salar de aguas calientes

Circulando a más de 4800 m.s.n.m.

Paisaje cruzando Jama

Para mi sorpresa, los 4300 m.s.n.m. de la frontera Argentina quedan “bajos” comparados con los mencionados +4800. Es un trayecto en el cual durante 230 km se transita a más de 4000 metros, de los cuales 64 km son por encima de los 4500. El paisaje es impresionante. Las fotos las sacábamos sin apagar el motor por temor a que no vuelva a arrancar. No olvidemos que el mensaje de error seguía en el tablero! Para colmo, las “titilolas” también se apunaron! Ya en Susques empezaron a “hacer ruido” y a estas alturas comenzaron a presionar el pecho de la Pocha, al punto de dificultar su respiración.

a punto de "bajar" a San Pedro

Entre el auto y las prótesis quejándose, no hubo demasiado tiempo para el relax, ya que el propósito era descender a una altura menos extrema y a un sitio con más densidad poblacional. Lo logramos, llegamos a San Pedro de Atacama sanos y salvos! Ahí si decidimos apagar el motor y terminamos de festejar cuando al darle arranque nuevamente comprobamos que el mensaje de error había desaparecido!

Pintoresco centro de San Pedro

por ingresar a las cavernas

Dudamos de seguir o quedarnos ya que la primer impresión del pueblo no fue la mejor, era temprano y restaban muchas horas de sol. Por suerte optamos por lo primero y digo que fue positivo porque conocimos esa misma tarde el Valle de la Luna o de la Muerte, un lugar con paisajes increíbles que nos deleitó durante varias horas.

Panorámica Anfiteatro

Valle de la Luna o de la Muerte

Relax en Valle de la Muerte

Mención aparte merece la espera del atardecer en la Duna Mayor, lo cual sucedería a las 17:45 horas, según nos dijo la guardaparques.

La cuestión que desde las 17:15 deambulamos por el lugar, sacamos fotos, la gente llegaba, hacía lo propio y se iba, pero el sol nunca bajó!

Cansados de esperar a las 18:30 hs dijimos basta y emprendimos la caminata descendente cuando para sorpresa veíamos que todo el mundo subía! Cansados de tanta espera y sin ganas de subir de nuevo, busqué un Plan B donde poder sacar fotos con las últimas luces del sol.

La odisea de la cena: No ya con los más de 25° de la tarde sino con 9°, recorrimos caminando por una hora el bendito pueblo en busca de un sitio rico, lindo, barato y con tarjeta donde cenar. Muchos requisitos para el lugar.

Panorámica atardecer

Más indecisos que novia adolescente, entramos a una pizzería, la más concurrida de la zona, advertidos que había demora, pero la espera pasaba para nosotros y no para el resto. Con tan sólo una latita de cerveza, la espera no fue muy amena. Titi estaba incordiosa. A punto de retirarnos, llegó la comida, aunque en honor a la verdad, las pastas estaban riquísimas.

Nos fuimos a dormir con la panza llena a la habitación que compartimos con 2 chicas yankees en el recomendable Hostel Backpackers de San Pedro.

Cada foto se puede ampliar y ver en tamaño original al clickear en ella.