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Día 14

Jueves 25: Uyuni pueblo – Potosí – La Quiaca:  554 km

Emprendimos el regreso por la misma ruta, ya que si bien hay una vía mucho más corta que va desde Uyuni a Tupiza, es de ripio y se puede tardar el triple, por lo que optamos por lo seguro que implicaba subir hasta Potosí y desde allí todo por la nueva ruta asfaltada hasta el límite con Argentina.
Nos quedaba un último reabastecimiento de combustible. Calculé que unos 23 litros sobrarían hasta pisar suelo argentino, los mínimos necesarios para no seguir dando de comer “polenta” al Fluence, acostumbrado a comer caviar (84 octanos frente a 97).
Al poner en marcha, por tercera vez el error en el tablero: “revise los inyectores, bla bla bla.”.
a pesar de ñañas momentáneas, se la bancó de 10
Como en las 2 anteriores, no aceleraba, apenas se ponía en marcha. Ya recontra fastidiados, restaba esperar la evolución del problema. Debido a que estábamos a más de 4000 metros, no era sorpresa, aunque dada la paupérrima calidad de las naftas, a pesar de haberla “mejorado” con el aditivo elevador de octanaje, la duda acerca de si realmente se habían jodido los inyectores estaba.
Dejamos el auto en la gasolinera (repito que no llegan a ser estaciones de servicio), en busca de un lubricentro o lugar que venda otro aditivo. Compramos un “limpiainyectores”, aunque si el daño estaba hecho, sería tarde.
Por suerte luego de media hora arrancó y aceleró, como las veces anteriores, por lo que emprendimos el regreso. Esa misma tarde teníamos que estar en suelo argentino. El mensaje de error desapareció en La Quiaca. Evidentemente es un problema de los sensores que cuando detectan menos oxígeno (por la altura) suponen que el filtro está tapado y el aire no pasa. En realidad, si pasa, pero hay menos! Sensibles por demás.


animales a granel pasean x la Panamericana
la ruta se transformó en una feria!
El viaje se desarrolló sin mayores contratiempos, a no ser por lo llamativo que resulta cruzarse en la ruta con cualquier sorpresa, a saber: procesiones religiosas, cualquier tipo de animal suelto (llamas, vacas, ovejas, etc.), camiones detenidos en medio de la calzada (si, es cierto, no hay banquinas, pero improvisalas hermano!, cualquier cosa menos detenerse en medio de la cinta asfáltica y menos sin advertir para nada el obstáculo), adolescentes acostados charlando SOBRE el asfalto, bicicletas sin luz, gente caminando y hasta un verdadero mercado o feria de “trueque” y venta apostada EN la ruta, al punto que de golpe, de venir en medio de la nada aparece un poblado cuyo predio ferial es ni más ni menos que la “Panamericana”
Panamericana a pleno
más animales que autos en la ruta
Entiendo que hasta hace poco era de ripio y no pasaba casi nadie, pero ahora es una vía más transitada, a otras velocidades y deberían adaptar sus conductas a la nueva coyuntura, ya que, por ejemplo, los muchachos que eligen ese lugar para jugar cartas o charlar, corren serio riesgo de vida.
De más está decir que los varios metros que ocupa el “mercado” se transita más lento que paso de hombre ya que hay que ir abriéndose camino entre la multitud para no llevare puesto alguno.
Normalmente paseábamos crucereando a 110/120 km/h pero por momentos íbamos más rápido, como puede apreciarse en el video, aunque el extremadamente silencioso motor del auto disimula la velocidad real del tramo, que supera largamente los 150 km/h. Lo único que delata dicha circunstancia es el chirrido de las cubiertas en una de las curvas jeje.
La llegada a Villazón significó para mi estar en tierra conocida. 8 años atrás estuve allí cuando crucé a pie desde La Quiaca para comprar algunas cositas.
Cerca de Tupiza
Ese gran mercado ya no presenta las mismas oportunidades económicas que antes pues los precios no son tan convenientes. Los electrónicos valen lo mismo que en Argentina. Los celulares originales liberados, también, quizá un poquito -apenas- menos. Si hay mucha oferta de cosa china, pero en general de baja calidad. Esas salen 2 mangos pero también su calidad no da para más.

Sólo si uno cambió u$s a precio oficial puede convenir una compra directamente con esa moneda, aunque de la misma forma, si se vendiesen esos verdes a valor blue, se obtendrían los pesos necesarios para comprar el mismo producto por el valor equivalente, por lo que no vayan esperando llenarse el baúl con oportunidades.
Mantas y artesanías son baratas, pero si van a seguir viaje, nos pareció Cusco el mejor lugar para adquirir mercaderías. Lo único donde hay diferencia importante en precio son las máquinas de fotos, aunque no en todos los modelos.
Ya de noche cruzamos aduana, trámite rápido y el de AFIP (que revisa autos) no se puso para nada pesado, si hubiésemos querido traernos muchos “juguetes”, podríamos haberlo hecho pues casi ni revisó.

Cruzar esa línea fronteriza desnuda las abismales diferencias que hay entre ambos países. Ya nomas tener a 150 metros un ACA lo confirma. Poder ir a un baño, limpiar el parabrisas de bichos, poner nafta de verdad y comprar una gaseosa en el mismo lugar, representa una “aventura” que no pudimos hacer ni en Bolivia ni en Perú.
Luego, ver calles anchas con veredas, asfaltadas, luminarias públicas a granel, plazas, casas terminadas, escuelas, etc. termina por confirmar la sensación y eso que La Quiaca no es La Recoleta, precisamente.

Lindo alojamiento, riquísima cena en un bodegón y a descansar, por fin, en nuestra amada y entrañable patria! 

Cada foto se puede ampliar y ver en tamaño original al clickear en ella.

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