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Día 12

Martes 23: La Paz – Potosí: 540 km

Más estratega que jugador de TEG, diagramé un plan para evitar terminar de quemar el embrague y tener que quedarnos a vivir en La Paz.
La idea era dirigirnos a la zona “baja” de la ciudad (evitando los embotellamientos en subidas pronunciadas), cargar nafta y esperar paseando y boludeando que se hagan las 21:00 horas para poder atravesar esas calles cuando el tránsito fuese menor. El problema no era subir los 800 metros de desnivel sino tener que hacerlo metiendo primera cada 20 segundos estando tan inclinados. Había que preservar lo que quedaba de embrague.
Así, nos dirigimos al Microdistrito Centro donde aparentaban estar las mejores gasolineras, alguna de las cuales trabajaría con tarjeta, supuse.
Sin embargo, sólo nafta de 84 octanos y encima, no vendían combustible a patentes extranjeras. Es que Bolivia tiene su combustible subsidiado pero sólo para los locales, pues los extranjeros tenemos que pagarla casi el triple. Los 3,78 $ Bolivianos se elevan a 9,11$ para las patentes extrazona. Pregunté si existían 90 octanos y me dijeron que en el Automóvil Club Boliviano se vendía esa nafta.
Nos dirigimos entonces hacia la coqueta zona de Calacoto en la zona rica de la ciudad, que por suerte queda más abajo aun, donde conseguimos la preciada “Premium” de 90 octanos, la cual pudimos también pagar con tarjeta.
Mientras cargaba, el playero dijo:
-Tenés patente argentina…
-¿Y? Pregunté.
-Dame una patente boliviana, dame una patente boliviana. Repetía.
Miré a mi alrededor y le pase el número de la primer chapa que se cruzó. La ingresó en el sistema y dijo que estaba bien, pero que “lo tenía que reconocer”.
Rápidamente me di cuenta que quería una propina, por lo que saqué 20 bolivianos pero dijo “no, dame 30”.
Aún así, al pagar a precio oficial, me ahorré más de $100. De manera que la medida del gobierno local termina beneficiando a los playeros que se quedan con la diferencia cuando le cargan a extranjeros.
Paseamos un rato y nos fuimos a un Burger King para ir matando las 9 horas que faltaban hasta el momento en que las calles se liberen y podamos subir sin exigir al herido embrague.
Con cara de resignación, la Pocha me pregunta ¿No hay otra manera de salir? Aprovechando el WiFi del lugar, probé con el Google Navigation del celular y ¡Eureka! Mostró una ruta alternativa que el Garmin desconocía, que evitaba subir por la zona del caos. Cual presos que recuperaban su libertad, dejamos la gaseosa a medio terminar y salimos disparados al auto como si el camino fuese a desaparecer en los próximos 30 segundos.
Vista al salir de La Paz desde Calacoto
Con leve tránsito, recorrimos esa especie de acceso no céntrico que bordeaba un par de barrios cerrados de La Paz y el campo de golf cuyo perímetro impide ver hacia el interior, hasta que empalmamos la RN1 que va a Potosí, nuevamente a 4.080 metros de altura.

Casa con pisos abajo o edificio con Pent House?
Muy llamativo y particularísimo estilo arquitectónico de algunos edificios de las afueras de La Paz, en muchos de los cuales se observan "casas" en el último piso, una vuelta de rosca a lo que conocemos como Pent House.
primero me hago la casa...
Aprendan arquitectos!
este le puso mucha onda









Ya en ruta, en un tramo de bastante soledad, de golpe vi un auto al costado del camino, por lo que disminuí la marcha justo antes que 4 sujetos “salten” literalmente a la ruta haciéndome señas que me detenga.
-Iba a exceso de velocidad. Dijo el poli.
-¿A cuánto? Pregunté,
-108 km/h. ¿Quiere ver el radar?
No era tan grave, teniendo en cuenta que venía a 150 km/h justo antes de frenar, lo cual hubiese implicado una infracción más grosera.
paisajes entre La Paz y Oruro
-No, está bien. Contesté y añadí: Suelo circular a esa velocidad (mentiroso como buen abogado), que es la reglamentaria en mi país. ¿Cuánto es la máxima aquí?
-80 km/h, respondió. ¿No vió “EL” cartel que está a la salida de uno de los peajes?
La verdad que no había visto nada que indique cual era la máxima en ruta y aparentemente había una sola indicación en todo el camino. De todos modos es una máxima absurda e imposible de respetar.
-Ok. ¿Cómo arreglamos? Pregunté resignado.
La joda me salió 100 bolivianos. Supuestamente la multa era 200 e implicaba ir, pagarla y volver. Por esa cifra todos quedamos conformes. Tercer y última coima del viaje, aunque ésta fue donde más culpa tuve y si bien todos venían a más de 100, la ligué yo. Tampoco puedo decir que fue una persecución por ser argentino ya que cuando me hacían señas aun no veían mi patente. Al menos eso creo…

Llanura a +4000 msnm
El altiplano boliviano presenta amplios tramos totalmente planos. De un lado de la ruta se aprecian altas cumbres nevadas, pero del otro se observa una llanura amplísima que si te descuidás te hace pensar que recorrés una meseta de la Patagonia a escasos metros de altura. Claro que cuando volvés en sí te percatás que lo hacés a más de 4.000 metros! Alucinante.

atardecer en el altiplano
Bordeamos Oruro por una circunvalación, pasamos varios peajes de los normales (sin cadenita) y superamos numerosos controles policiales para arribar a Potosí cerca de las 21 horas.

Nos alojamos en el Hotel Tukos que tiene cochera. Cenamos en el Pub 4060 (en alusión a su altura sobre el nivel del mar) y fuimos a descansar a medianoche.


Cada foto se puede ampliar y ver en tamaño original al clickear en ella.

3 comentarios:

  1. No so´n los únicos!! Las dos veces que transité por ahí me agarraron!!! Y me sacaron el librito con la LEY DE TRANSITO!!! La diferencia es que si sos boliviano arreglás por Bs 10.-

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    1. Si, a nosotros también nos mostraron la ley de tránsito y decí que no tenía cambio, sino le daba 50 en vez de 100. Hay que andar con cambio en las rutas!!

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